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♦ Segundo debate ♦ T antas palabras hay que a veces cuesta trabajo encontrar las justas y precisas. ¿Cómo decir que en el segundo debate Xóchitl Gálvez venció a la candidata de AMLO? ¿Será excesivo afirmar que la aplastó? ¿Resultará insuficiente escribir sólo que la apabulló? Busquemos el justo medio que piden tanto la justicia como la razón y digamos que esta vez Xóchitl Gálvez fue más Xóchitl Gálvez, y Claudia Sheinbaum fue más López Obrador. En eso estribó la indiscutible victoria de la candidata de la oposición sobre la gobiernista. Todo hace pensar que AMLO reprendió a su corcholata luego del primer debate, pues en esa inicial comparecencia doña Claudia habló más de sus logros en la Ciudad de México que de las obras de López Obrador en el País. Contrariamente, en esta segunda ocasión Sheinbaum actuó en modo tal que parecía que el candidato presidencial era otra vez el tabasqueño, y ella su propagandista, vocera o representante personal. Empecemos, sin embargo, por lo más visible: el atuendo y expresión de las señoras. Gálvez vistió una prenda que parecía huipil sin serlo, y que la hizo lucir al mismo tiempo sencilla y elegante. Sheinbaum escogió un ropaje que a fuerza de ser de un tono guinda oscuro —el color de su partido— se veía en momentos negro en la pantalla del televisor, y que con el cuello y las mangas en blanco le daba un cierto aspecto monjil. Eso se acentuaba por su expresión severa, acartonada, sin sonrisas, que contrastaba con la actitud relajada y segura de su contendiente. En términos de box se llama "fajador" a un pugilista que va siempre al ataque y finca su victoria en los golpes que propina a su rival. Así apareció Xóchitl Gálvez en esta ocasión: como una "fajadora" que se lanzó con todo sobre su adversaria, la llevó contra las cuerdas y en repetidas ocasiones la puso en apuros, aunque el rostro hierático de su opositora no lo diera a ver. Ahora Gálvez usó epítetos al lado de los cuales el que una y otra vez emplea la señora Sheinbaum se vio pálido, débil. No es lo mismo llamar a tu contendiente "la candidata del PRIAN" que ser llamada por ella "la candidata del narco". Xóchitl Gálvez, a diferencia de la anterior ocasión, estuvo tranquila, segura, contundente, en tanto que Claudia Sheinbaum se vio vacilante, nerviosa, débil y, lo peor de todo, mentirosa. Un buen número de las afirmaciones que hizo eran palmariamente falsas. Su inexactitud saltaba a la vista, como esa de que el programa "Sembrando Vida" del Gobierno actual es el más grande programa de reforestación del mundo, cuando es sabido que en él hay más demagogia que verdaderos resultados. Entiendo a doña Claudia: el mejor argumentador —o argumentadora— tendría problemas para defender las fallas de López Obrador y el notorio fracaso de sus obras y programas en prácticamente todos los rubros, sobre todo los de salud, seguridad y educación. Así las cosas, y a pesar del sonoro triunfo que en este segundo debate obtuvo Xóchitl Gálvez frente a Claudia Sheinbaum, los partidarios de la candidata opositora no deben echar las campanas a vuelo. La aplanadora de Morena seguirá adelante, a semejanza de la del viejo PRI, y Jorge Álvarez Máynez López Delgado cumplirá su función de esquirolito y atraerá los votos de electores jóvenes y despistados, a los que saludó en su declaración final con una seña de rockero y diciéndoles —¡qué acción y qué expresión más torpes y fuera de contexto!— "I love you", cosa que en un político da a ver subdesarrollo y dependencia. Falta un tercer debate. Y falta el debate final: la elección del 2 de junio. Ese día se decidirá si México toma el camino de la democracia o el de la dictadura... 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
30 abril, 2024
29 abril, 2024
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♦ Heredará el viento ♦ B ajando a terrenos de bajura diré que [...] el viento será la herencia que recibirá López Obrador, pues no cabe duda de que turbó su casa al dividir al país en la forma en que lo hizo, partiéndolo en buenos y malos; alabando simplistamente a aquéllos y agraviando de continuo a éstos. Claro: los buenos son los que están con él; los malos, quienes en cualquier manera se han atrevido a criticar sus errores, señalar sus fallas y protestar por los inmensos daños que ha causado al país con su incompetencia, sus excesos caprichosos, su desdén de autócrata a la ley y a las instituciones. Él heredará viento, sí, pues puro viento ha sido su fantasiosa transformación, pero su sucesora recibirá una nefasta herencia de males y carencias de todo orden, como quien hereda una casa que amenaza ruina, insalubre, asediada por ladrones y asesinos y ocupada por hombres armados que difícilmente se avendrán a salir de ella. Hasta donde puedo recordar ningún Presidente de la época moderna ha recibido de su antecesor un país con tantos y tan graves problemas y tan marcada polarización como el que dejará López cuando, según ha prometido, se vaya a su rancho de expresivo y adecuado nombre... 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
25 abril, 2024
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♦ Tomaduras de pelo ♦ P or segundo día consecutivo, el presidente Andrés Manuel López Obrador explotó contra el gobierno de Estados Unidos en reacción continuada de su enojo por el reporte anual sobre derechos humanos que dio a conocer el Departamento de Estado este lunes. El martes les exigió respeto y que no se inmiscuyeran en los asuntos internos de México, y el miércoles, quizá porque lo ignoraron en Washington y no le ofrecieron la disculpa que hubiera esperado, escaló los epítetos. Los llamo poco serios y mentirosos, un país anquilosado y en decadencia que, dijo, tiene que renovarse. Mucho grito y pocas nueces. La indignación del Presidente debió haber sido consecuente y haber instruido a la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, para que llamara al embajador estadounidense, Ken Salazar, y pedirle explicaciones o hacerle un extrañamiento, rechazando el informe que hace cada año Foggy Bottom sobre 200 países y territorios en el mundo. No lo hizo. Al parecer, por lo que respondió a pregunta expresa en la mañanera, ni se le ocurrió. Tampoco parece saber o entender que los insumos que utilizan en Washington para elaborar los informes tienen como base los cables diplomáticos que les envía su embajada; o sea, Salazar. Los gritos de López Obrador son algo a lo que están acostumbrados en el gobierno de Estados Unidos. Ya saben que lo hace para consumo doméstico y a veces como distractor de problemas profundos, y no le prestan atención. Lo hace únicamente cuando piensan o ven que el coraje se traslada al tema migratorio y que deja entrar libremente, contra lo acordado, indocumentados que tienen como destino final Estados Unidos, por lo que para apaciguarlo y que siga haciendo lo que le pidieron, un muro en la frontera sur, emiten un bálsamo en forma de declaración. Lo han hecho en otros momentos, con lo cual serenan al Presidente, aunque nada cambia en el fondo. En términos de la relación bilateral, el fondo es lo que importa a Washington, mientras que la forma es lo único que le preocupa a López Obrador. El mismo día en que explotó contra el Departamento de Estado, lo que sucedió de fondo en la relación fueron concesiones y cesiones importantes de México a Estados Unidos. Por la mañana, a petición del Presidente, el Senado autorizó el ingreso a México de fuerzas especiales del Departamento de Defensa de Estados Unidos, armados con su equipo bélico, para dar cursos de capacitación. Esta acción insólita pasó casi desapercibida, pero para un Presidente que presume de conocer de historia, el que tropas estadounidenses pisaran territorio mexicano desde la expedición del Ejército de ese país para perseguir a Francisco Villa, la contradicción entre su gestión y su reclamo muestra su doble cara. La aprobación en el Senado fue por una petición que hizo López Obrador, en noviembre del año pasado, para que 11 soldados estadounidenses armados entraran a México para dar un curso de capacitación de enero a marzo. Ese ingreso fue limitado. Lo que ahora autorizaron al Presidente fue la entrada de 180 elementos de la Compañía de Paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada del Ejército de Estados Unidos, que es una unidad de élite de acción rápida y especializada en operaciones de asaltos en paracaídas en zonas hostiles. Y por la tarde, la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, anunció aranceles a 544 productos asiáticos porque estaban subvaluados y a bajos precios, que estaban desplazando a los productores mexicanos. La decisión mexicana coincide con los reclamos que desde octubre le ha hecho la representante comercial de la Casa Blanca, Katherine Tai, a Buenrostro, y subsecuentes presiones de legisladores para exigirle que exprese a México la competencia desleal que está causando. Si fue o no esa la motivación del gobierno mexicano, debe servir para despresurizar el creciente conflicto comercial que se estaba creando. El Presidente dijo que no son serios en el gobierno de Estados Unidos y que existen posiciones diferentes en la administración Biden. Para López Obrador, quienes critican a su gobierno en Washington y dan a conocer informes como los del Departamento de Estado, “están manejados por la derecha internacional… una internacional de derecha apoyada en Estados Unidos; sabemos que esos son los golpeadores, los halcones”. Eso es lo que no es serio: que la derecha internacional tome decisiones en el Departamento de Estado por encima ¿de la Casa Blanca? ¿Plantea un choque entre el presidente y el secretario de Estado? Son fuegos pirotécnicos para distraer a sus audiencias domésticas y las clientelas políticas, buscando en el enemigo externo la cohesión interna, y una forma sonora para no responder al contenido. No puede hacerlo porque los señalamientos están documentados en México y buena parte de lo que incluyeron en las secciones son actos públicos de presión y hostigamiento del Presidente. Como el de los ataques a la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, donde la respuesta de López Obrador fue de molestia porque registraron lo que él admitió ayer, el enfrentamiento contra el Poder Judicial. López Obrador calificó el reporte sobre derechos humanos como una “tomadura de pelo”. Pero lo que está haciendo con estas respuestas sí es una tomadura de pelo. Si en realidad quisiera cambiar de fondo los términos de la relación, no diría que mantendrá la cooperación con Estados Unidos. La suspendería en su totalidad, no sólo efímeramente, como lo hizo recientemente en protesta por las investigaciones que lo vinculan con el narcotráfico, y dejaría de acatar las exigencias de la Casa Blanca sobre migración, el combate al fentanilo, el comercio o las industrias estratégicas que quieren que se instalen en México con recursos de Estados Unidos para garantizar su cadena de suministro. Pero López Obrador no puede romper con Estados Unidos, aunque quiera, porque la economía de México colapsaría. Es lo correcto en términos de país, pero también podría hacer algo más que gritos que no sirven para nada y reproches en el circo de la mañanera, como una protesta formal y directa con Salazar primero, Blinken después, y terminar con Biden. Eso sería serio, no una pantomima política para salvar cara. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
24 abril, 2024
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♦ Pronóstico electoral sin encuestas ♦ H emos insistido en que las encuestas no son el único indicador para hacer un pronóstico electoral, e incluso en varias ocasiones fallan por mucho. Hay otros indicadores políticos que pueden ayudar a hacer un pronóstico con probabilidad de acertar. Uno de ellos son los propios resultados en elecciones anteriores (y las tendencias en cierto lapso). Muchos pronósticos han sido elaborados mediante ese mecanismo y han acertado. Yo lo usé para prever la derrota del PRI en 2000 (¿Tiene futuro el PRI? 1998). Me percaté de que en los resultados oficiales la votación presidencial del PRI en cada elección presidencial era menor que en la elección intermedia previa (salvo en 1976, cuando hubo candidato único). El PRI, en 1997 obtuvo sólo 39% de la votación. Aplicando la regla descubierta, ese partido obtendría algo cercano al 36% (lo que obtuvo Labastida), y en tal caso, el candidato opositor que ocupara el segundo lugar podría beneficiarse de un voto útil que, de ser suficiente, le daría el triunfo. Así ocurrió. ¿Alguna encuesta para hacer ese diagnóstico? Ninguna. Ahora, por lo variado de los resultados de las encuestas, algunos colegas han hecho el ejercicio de ver las tendencias electorales de 2018 y 2021 en los estados para calcular lo que podría ocurrir en este año (a nivel federal). Me llegó un documento elaborado por AOL y JONES Consultores, con un pronóstico bajo esta metodología (abril, 2024). Al considerar probablemente los estados más inclinados por Xóchitl (CDMX, Guanajuato, Coahuila, Chihuahua, Yucatán, Aguascalientes, Querétaro y Durango), y bajo el supuesto de un 55% de participación, ella obtendría poco más de siete millones de votos, en tanto que Claudia Sheinbaum casi seis millones. En los estados con inclinación por Claudia (Edomex, Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Baja California, Tabasco Tlaxcala y Quintana Roo), ella captaría nueve millones de votos, y Xóchitl sólo siete. En los estados más empatados (Sonora, Nayarit, Zacatecas, Guerrero, San Luis Potosí, Michoacán, Morelos, BCS, Campeche, Colima, Sinaloa y Tamaulipas) Xóchitl obtendría 5.8 millones de votos y Claudia 6.2. Y en los estados llamados estados switcher (indecisos), hay un empate entre ambas punteras aproximado a 4 millones. En ese escenario, Claudia ganaría con 24.7 millones de votos frente a 24.5 de Xóchitl (47% frente a 46%, en cifras redondas). Si en cambio la participación fuera del 66%, el porcentaje de votos a nivel nacional para Xóchitl sería de 49 frente al 44% para Claudia. Finalmente, si la participación fuera de 70% de electores, la distancia total entre ambas candidatas se incrementaría a nivel nacional se abriría aún más: 51% para Xóchitl y para Claudia sólo 42%. La pregunta sería ¿qué nivel de participación habrá? El promedio desde 2000 es de 63%. Con eso bastaría para un triunfo de Xóchitl, según esta proyección. No creo que la participación sea menor, pero también se ve difícil que llegue al 70%. A partir de lo que ocurrió en 2021 (5% más de participación que el promedio), quizá en este año haya un poco más de participación de lo normal, pero difícilmente 70%. Sin embargo, incluso de ser correcta esta proyección (de lo que no estoy cierto), hay otra incógnita que puede ser determinante en el resultado oficial: ¿cuántos votos ilícitos podrá captar Morena a través del condicionamiento a los programas sociales, coacción a los funcionarios públicos, compra de votos en zonas pobres? Imposible calcularlo. Sabemos que ocurre, pues hay videos y testimonios al respecto, pero no podemos calcular con cierta precisión es cuántos votos obtendrá Claudia por esa vía, y si sería suficiente para voltear un resultado desfavorable. En 2012, AMLO inventó que los votos comprados por el PRI (que los hubo) fueron 5 millones. ¿Había manera de saberlo con precisión? No. Ahora quedará la incógnita, pues aunque haya votos ilícitos, no se pueden calcular ni siquiera después de la elección. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
23 abril, 2024
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♦ CDMX y Veracruz, ¿posibles derrotas? ♦ C ontra lo que había calculado el presidente Andrés Manuel López Obrador al imponer a Clara Brugada y Rocío Nahle en las candidaturas para los gobiernos de la Ciudad de México y Veracruz, las cosas marchan mal y el riesgo de que pierdan preocupa en Palacio Nacional al estar extendiéndose la percepción dentro de Morena que la derrota viene. Acusaciones de corrupción y conflictos internos entre candidatas han acelerado la descomposición interna, contaminando las campañas para el Congreso, el Senado y presidencias municipales. Lo que está sucediendo en el partido en el poder no se había visto desde que irrumpió Morena en el escenario nacional en 2015, ni siquiera en las elecciones intermedias de 2021, cuando tuvo una derrota importante en la Ciudad de México. El entorno que acompaña la última parte de las campañas es de conflicto. Incluso, a manera de control de daños, el líder nacional de Morena, Mario Delgado, se ha estado quejando en Palacio Nacional de que el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, presidente del Consejo Político del partido, es el responsable primario de la debilidad electoral en muchas de las campañas. La mayor preocupación se encuentra en la Ciudad de México y en Veracruz, donde el Presidente está interviniendo activamente. Los semáforos amarillos se comenzaron a prender hace aproximadamente un mes y medio en Palacio Nacional, cuando se hizo el primer corte de caja sobre las tendencias electorales en las dos entidades y se concluyó que, de no hacer nada urgente al respecto, la posibilidad de perder las gubernaturas era amplia. Hace tres semanas se reasignaron tareas a Marcelo Ebrard y a Ricardo Monreal para que trabajaran en la Ciudad de México, y se responsabilizó al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, para que operara la elección de Nahle. El dinero no era un problema, y recursos públicos se comenzaron a inyectar en las campañas de las candidatas. Desde entonces, la ruta de Brugada y Nahle ha sido descendiente. Veracruz es el mayor foco rojo. García fracasó en la operación electoral, mostrando una equivocación más de López Obrador al confiar en un oportunista de la política sin experiencia ni talento electoral. Las fallas del gobernador se juntaron a las denuncias crecientes de posibles actos de corrupción de Nahle. Una, presentada en la Fiscalía Especializada para el Combate a la Corrupción por el empresario veracruzano Arturo Castagné Couturier, tiene que ver con la presunta compra irregular o ilegal de propiedades de Nahle, cuando era secretaria de Energía, y de su esposo, José Luis Peña Peña, que trabajó en la petroquímica de Pajaritos, en Coatzacoalcos, y a quien hace años le atribuyen, sin pruebas documentables, actos de corrupción. Otra, publicada por el veterano periodista Édgar Hernández en el portal Línea Caliente, sobre presuntos depósitos en paraísos fiscales por unos 100 millones de pesos durante el tiempo que estuvo en el gabinete de López Obrador. Nahle ha desmentido todo, pero ante su palabra le han mostrado en ambos casos documentación. Nahle ha ido arrastrando problemas desde que López Obrador se empeñó en hacerla candidata porque no nació en Veracruz sino en Zacatecas, por lo que se tuvieron que hacer triquiñuelas legales para que pudiera ser registrada. Su gestión al frente de Energía es memorable por su incompetencia en ese campo —un experto en energía y el servicio público dice que es la peor funcionaria que haya conocido jamás por su ignorancia e ideologización— y la forma déspota con la que trata a la gente, incluidos miembros del gabinete cuando formaba parte del gobierno. La candidata tiene muchos negativos y enemigos, y no parece que las sorpresas en torno a ella se hayan acabado. Hernández anticipó que vendría información sobre un presunto piso de ella en Nueva York, y hay algunos audios que la comprometen en presuntas corruptelas en Dos Bocas, con personas vinculadas a los hijos del Presidente. En la Ciudad de México, pese a las recientes denuncias de corrupción que hizo el candidato de la oposición, Santiago Taboada, en el segundo debate este domingo, Brugada no está manchada como lo está Nahle. Pero sus problemas no son menores, y comenzaron desde que López Obrador la impuso por encima del candidato de Sheinbaum, Omar García Harfuch, que la había derrotado claramente en las encuestas. La forma atrabiliaria como la hizo candidata el Presidente provocó una fractura en las clientelas de Morena y con Sheinbaum. López Obrador exigió a Delgado resolver el conflicto entre ellas, pero no ha podido. De hecho, los choques entre sus equipos de campaña cada vez son más evidentes y la molestia de Sheinbaum no se limita sólo a que la hayan obligado a aceptar que bajaran a García Harfuch, sino porque considera que ella no garantiza el triunfo de Morena porque cree que no tiene la estatura para gobernar la ciudad. El problema no se circunscribe a su pleito. También hay liderazgos políticos y sindicales que están considerando no operar a favor de Brugada porque si se hacen explícitos los respaldos, no quieren verse comprometidos con Taboada, ante la posibilidad real de que gane. En la Ciudad de México y en Veracruz, las tendencias electorales que le ha proporcionado al Presidente su confiable equipo de encuestas personal muestran a sus candidatas a la baja, y a sus opositores Taboada y el priista José Yunes, al alza. Pero López Obrador no se quedó con los brazos cruzados cuando le dieron los resultados y ha estado trabajando y presionando a la militancia de Morena para evitar las derrotas en dos de las entidades con mayor peso electoral y que tienen el potencial de incidir en la elección presidencial si se perdieran. Una derrota en la Ciudad de México no podría atribuírsele a Sheinbaum. Al contrario; demostraría que su impulso a Harfuch, bajo el supuesto de que él ganaría votos que no obtendría Brugada, era el correcto. El perdedor, como en Veracruz, sería López Obrador, lo que debe preocupar a la oposición porque el enemigo que tienen enfrente es el Presidente, dispuesto a hacer lo necesario, legal o no, por ganar. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
22 abril, 2024
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♦ El plan marshal mexicano ♦ E n todos los libros de historia económica se cita el “Plan Marshall” como un ejemplo de la transferencia de valor, de una economía a otra, para ayudarla a florecer. El gran salto de Europa Occidental, después de la devastación generada por la Segunda Guerra Mundial, fue, entre otras cosas, producto de la inyección del gobierno de los Estados Unidos de una importante cantidad de dinero. El monto erogado entonces equivale a lo que en estos tiempos serían 147 mil millones de dólares. Con ese monto, Europa Occidental contuvo el modelo soviético que en esos años tenía un enorme atractivo en las sociedades del viejo continente. Claro que a los fondos de Mr. Marshall hay que añadir la alta calificación de la mano de obra de esos países, el efecto dinamizador de un sindicalismo progresista y buenos gobiernos, además de una visión estratégica de sus líderes que culminaría en la construcción de la UE. La economía mexicana se ha visto beneficiada, en los últimos años, por una cantidad descomunal de dinero que hace palidecer al “Plan Marshall”. Cabe aclarar que a diferencia de éste, el flujo de dinero no es una cooperación altruista del gobierno de los Estados Unidos, sino el producto del trabajo y el esfuerzo de los expatriados y el dinamismo económico americano y sus potentes mercados de trabajo. Hagamos cuentas: En 2019, la economía nacional recibió 36 mil millones de dólares por remesas; el año siguiente, 40 mil millones; en 2021, el monto subía a 50 mil para pasar, en 2022, a 58 mil millones y en el 2023 recibir la friolera de 63 mil millones de dólares. La economía mexicana ha recibido en el sexenio de López Obrador 250 mil millones de dólares por ese concepto, es decir, más de 100 mil millones de dólares de los que recibió toda Europa Occidental por concepto del “Plan Marshall”, que le permitió no solamente ingresar al primer mundo, sino desarrollar un estado de bienestar. El monto de las remesas ha servido para mejorar el consumo de una amplia franja de la población, pero lo llamativo es que en este periodo la economía tuvo un crecimiento promedio inferior al 1% por cada uno de los años del sexenio. Hemos crecido menos que los vecinos que ya eran ricos. En otras palabras, sin el código postal norteamericano y el enorme esfuerzo de nuestros compatriotas, la economía nacional estaría en paños menores. El desempeño económico de los países lo evalúan los ciudadanos en las urnas, pero también la historia. Estoy seguro que, al igual que ocurrió en los primeros años del siglo XXI (cuando nos quemamos en gasto corriente buena parte del sobreprecio que recibimos por precios del petróleo), este auge de las remesas, producto de los factores que ya comentábamos, será visto como una oportunidad desperdiciada, pues no se utilizó para catapultar nuevas capacidades, sino para mantener una situación inercial que hoy le otorga una ventaja electoral y una narrativa favorable. “La economía mexicana no está mal”, se dice en todos los frentes y es verdad; lo que se pasa bajo prudente silencio es que las aportaciones extraordinarias no fueron aprovechadas, como lo han hecho otros países. 250 mil millones es una cantidad no lejana a lo que la potencia eroga en su proyecto estratégico “Chips Act”. Este sexenio tuvo su “Plan Marshall” y fue utilizado para mantenerlo a flote, no para dar el gran salto, ni tampoco para erradicar las causas que fomentan la migración. La promesa del crecimiento al 6% quedó en la deslavada memoria de las campañas del 2018. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
20 abril, 2024
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♦ ¿Sorpresas? ♦ A LGUIEN dijo que hay tres clases de mentiras: las pequeñas, las grandes y las estadísticas. Esa frase, pienso, no es aplicable al Inegi, una institución de excelencia cuyos datos han sido siempre valederos y confiables, no como los "otros datos" de ya saben quién, mentirosos, falaces y torcidos. Me pregunto si aquello que se dice de las estadísticas puede decirse también de las encuestas que en tiempos electorales se hacen, así de multiformes y variadas son. Lo digo porque fuentes muy serias me han hecho llegar encuestas según las cuales en las últimas semanas Xóchitl Gálvez ha acortado la distancia que la separaba de Claudia Sheinbaum, hasta el punto en que algunas colocan a la candidata de la oposición a sólo 4 puntos por debajo de la gobiernista, lo cual equivale a lo que se conoce como "empate técnico". Quienes comentan las dichas encuestas indican que las tendencias de Gálvez son a la alta, en tanto que las cifras de Sheinbaum han llegado a su tope y no dan señales de subir ya más. Otra cosa añaden esos observadores: todos los indicios hacen ver que el tropiezo de la hidalguense en el primer debate no hizo bajar los números a su favor, pues cuenta con un voto duro, sobre todo entre la clase media y los electores jóvenes, voto que irá aumentando en el tiempo que falta para el día de la elección. A ese respecto citan el conocido refrán hípico según el cual "caballo que alcanza gana". No estoy en posibilidad de discernir entre la validez de tales aserciones y lo que en inglés se llama "wishful thinking", algo así como pensamiento esperanzado, pero creo que la elección presidencial de junio no debe darse aún por decidida. Sé bien que en política no existen los milagros: es un campo demasiado profano, y profanado, para que en él haya cosas de milagrería. En cambio, sí existen las sorpresas, y nadie con criterio objetivo y desapasionado descartará desde ahora que en la dicha elección haya alguna. Muchas cosas pueden suceder en estas semanas. Mientras tanto, la olla sigue en el fuego... 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
19 abril, 2024
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♦ Derecho al frío ♦ H EMOS llegado a un momento histórico en que el destino de la patria enfrenta una decisión digna de un lavabo: ¿abrimos el agua fría o la caliente? En tiempos de las redes sociales y sus estímulos binarios la conversación pública simplifica los argumentos hasta llegar a una disyuntiva en la que todo se limita a estar a favor o en contra. Los historiadores del porvenir tendrán que descifrar cómo fue posible que los mexicanos llevaran las elecciones presidenciales de 2024 a una cuestión de temperatura. Claudia Sheinbaum ha sido fuertemente criticada por comportarse como una mujer fría. En estas páginas se señaló con acierto el sesgo machista de este comentario, pues se asume que el sexo femenino debe representar la calidez. Esa postura tendría sentido en caso de que Claudia Sheinbaum quisiera adoptarnos. Pero no vamos a votar por una mamá. Abundan los casos de políticos fríos. En 1981 el Partido Socialista francés amparó la campaña de Francois Mitterrand a la Presidencia en el lema "La Fuerza Tranquila". Ante el estridente temor de que la izquierda llegara al poder, los socialistas apostaron por el aplomo de su candidato. Durante décadas, Mitterrand había enfrentado turbulencias con un temple impasible y sus facciones tenían la consistencia de una máscara. En México, Enrique Peña Nieto triunfó siendo un modelo de rigidez, lo cual no resultó un problema decisivo, pues se esperaba que actuara con firmeza. No hablo de los méritos de los políticos sino de la percepción que se tiene de ellos. Candidatos de las más distintas tendencias han prevalecido por la seriedad que se les atribuye. A ellos "no les tiembla la mano". La valoración cambia cuando se trata de una mujer. ¿A qué político se le exige que, ante todo, muestre sensibilidad y empatía? En el caso de las candidatas, sus logros profesionales y sus ideas se discuten menos que sus reacciones emocionales, e incluso se sospecha que sus argumentos son preparados por otras personas y solo sus gestos son auténticos. Por primera vez México tendrá una Presidenta. Este avance no está libre de prejuicios. Aunque la garante de la Constitución debe poner el interés común por encima de sus pasiones, confundimos la política con el melodrama. Si Sara García lloró en nombre de todas las abuelas y Angélica María fue la Novia de México, ¿también la Presidenta deberá ejercer el proselitismo del corazón? La situación ha llevado a Xóchitl Gálvez a distanciarse de manera casi caricaturesca de su opositora. Reacciona de buen humor, conserva la simpatía bajo presión y sonríe al tropezarse. Lo suyo es la indudable buena onda. Estamos ante virtudes reales que, al enfatizarse en exceso, se convierten en limitaciones. La espontaneidad lleva a la improvisación y la improvisación a las contradicciones. Xóchitl critica, con toda razón, que López Obrador destruya instituciones, pero elogia a Milei, que promete aniquilarlas con motosierra. En suma: la calidez no es un programa de gobierno y firmar con sangre no es un signo de cordura. ¿Significa esto que Claudia sea realmente mejor? Es obvio que ganó el debate y que tiene mayor experiencia en la gestión pública, pero también tiene, como los viejos programas de televisión, "fallas de origen". Para llegar a los comicios tuvo que pasar por una elección individual que suele estar reservada a las órdenes religiosas: el voto de obediencia. Su verdadera entidad política está por descubrirse y dependerá de la forma en que pueda desmarcarse del caudillo en el poder. Lo extraño es que, para que eso ocurra, debe ser electa, no por lo que venturosamente puede ser, sino por lo que ahora es: la favorita de un Presidente que goza de insólita popularidad. Siempre original, México renueva sus ritos de paso y votará por un rumbo desconocido. De manera pragmática, Claudia Sheinbaum promete continuidad, el "segundo piso de la Cuarta Transformación". Su auténtico destino político derivará del margen de maniobra que pueda conquistar. Si logra marcar una diferencia será, precisamente, gracias a actuar con mente fría. En suma: no estamos ante una limitación de carácter sino ante un requisito de trabajo. La polarización ha caldeado el clima político en forma desproporcionada. Al respecto, conviene recordar que en un mundo en que las temperaturas se acercaban a las del infierno, Gabriel García Márquez descubrió que ningún invento supera al hielo. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
16 abril, 2024
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♦ Un buen mánager ♦ … es evidente que Xóchitl Gálvez no tuvo un buen mánager —quiero decir una buena asesoría— en el debate que perdió ante Claudia Sheinbaum. No hubo quien le aconsejara que vistiera el huipil que le ha dado identidad, y no una especie de traje sastre de señora de clase media que quiere lucir de la alta. Nadie le hizo ver que iba excesivamente maquillada, como si fuera a una boda y no a un acto de política. No se le entrenó para dominar su nerviosismo. Nadie le sugirió que dijera con emoción su declaración final en vez de leerla dificultosamente, ni que desplegara la bandera mostrando los tres colores del lábaro en vez de presentar sólo el escudo, y para colmo de colmos al revés. Todos esos errores, y la falta de contundencia en sus ataques y de claridad en sus pronunciamientos, llevaron a la candidata de la oposición a una derrota que no merecía, y de la cual se debe culpar en buena parte a quienes la enviaron tan mal preparada a aquel crucial encuentro. Yo pienso que es más conveniente para México una Presidenta con limitaciones personales, pero honesta y bien intencionada, que una con habilidades y destrezas de política profesional, pero con ideas que representan riesgos graves para el país, y que además es émula en más de un sentido del famoso Güilo Mentiras, el célebre personaje que narraba que en cierta ocasión le clavó un hacha en la cabeza a un jabalí, y un año después se topó con la prole del animal, la cual identificó porque cada pequeño jabalí de los ocho de la lechigada llevaba una hachita en la cabeza. En fin, esto de los debates es como las corridas de toros: en una le pitan y lanzan cojines a un torero, y en la siguiente lo sacan a hombros por la puerta grande después de un faenón. Esperemos que en el próximo debate la candidata opositora tenga un mejor mánager, mejores asesores y consejeros. Eso no sólo le conviene a ella: le conviene sobre todo a México... 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
15 abril, 2024
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♦ Democracia bajo asedio ♦ B AJO el régimen de López Obrador la democracia ha estado bajo asedio. Me temo que si Claudia Sheinbaum llega al poder la democracia no tardará en estar bajo tierra. La democracia es uno de los más importantes frutos de la libertad. Ésta, en efecto, consiste básicamente en la posibilidad de elegir, ya sea entre dos candidatos o entre dos marcas de jabón. Estoy sinceramente convencido de que la señora Sheinbaum es enemiga de la democracia liberal, ésa que a costa de los esfuerzos y sacrificios de muchos y de muchas hemos logrado conquistar en México, y buscaría acotarla por todos los medios a su alcance. Lo suyo es el estatismo, vale decir la prevalencia del Estado por encima de los derechos de los ciudadanos. A fin de imponer sus ideas procuraría hacer reformas a la Constitución. Por eso votar en contra de Morena será votar en favor de México, para que el segundo piso que la candidata del gobierno pretende poner a la 4T no aplaste el ejercicio democrático y ponga en riesgo grave las libertades de que aún gozamos los mexicanos. Comparado con ese peligro, que a mi juicio es inminente, el tropiezo de Xóchitl Gálvez en el debate es una pura y simple anécdota. Hemos de ver lo que está en juego en la elección del 2 de junio. Y lo que se juega es la supervivencia de la democracia y de la libertad, pilares fundamentales, junto con la justicia, de la vida social y política de México. No nos dejemos deslumbrar por aparentes habilidades personales. Para advertir acerca de un peligro escondido los latinos usaban una ominosa locución. Decían: Latet anguis in herba. Bajo la hierba se oculta la serpiente. Tras las habilidades de la candidata de AMLO está una ideología de izquierda radical a la manera de la de los años 60 del pasado siglo, cuyos extremos llevarían a nuestro país a la pérdida de instituciones básicas sin las cuales una nación no puede tener una existencia sana. Aferrémonos tercamente, tenazmente, firmemente a nuestra democracia, a nuestra libertad. No olvidemos: Latet anguis in herba... 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
13 abril, 2024
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♦ Agón (ἀγών | ώνος ) ♦ F RENTE a la avalancha de versiones que siguen a un debate electoral ─una fórmula heredera del agón griego, es decir, la contienda dialéctica entre dos o tres personajes en el seno de una tragedia─, solo existe una manera infalible de identificar al vencedor. Si, una vez finalizada la contienda, alguno o algunos de los participantes ─el proto agonístes, el deutero agonístes o el trito agonístes, en nuestro caso─ exhiben su enfado, se quejan de las desiguales condiciones de la lucha o de plano descalifican por completo el ejercicio, tachándolo de tramposo, sesgado o banal, podemos estar seguros de que ese o esos inconformes son quienes han sido vencidos. Eso es lo que ha ocurrido en el debate entre los candidatos a la Presidencia del pasado domingo. Un duelo que en realidad tenía solo dos protagonistas ─Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez─, mientras Jorge Álvarez Máynez ocupaba el lugar que en la antigüedad clásica le correspondía al coro: un testigo a quien se le permitía de vez en cuando comentar o glosar ─con la extraña máscara de la comedia pegada al rostro─ las actuaciones de sus compañeras de escena. Transcurridos apenas unos días de la cita, la candidata de Fuerza y Corazón por México ─una coalición cuyo nombre carga un oxímoron tan extremo como el de los partidos que la componen─ se apresuró a señalar que el formato era un desastre, dejándonos entrever el suyo. Si para algo sirve un debate electoral, no es para presentar programas contrastantes o intercambiar argumentos que rara vez cambian la intención de voto, cuanto para articular o asentar las narrativas de cada cual: las ficciones con las que buscan convencernos de que son una mejor opción. Con su diatriba contra las reglas del INE, Gálvez reconoció su descalabro. Lo sabemos de antemano: cuando hay una evidente disparidad entre dos rivales ─expresada en la ventaja en las encuestas─, a la retadora le corresponde la tarea de desestabilizar a la favorita, de provocarla y arrinconarla y, sobre todo, de mostrar los puntos flacos en su relato. Gálvez no solo no consiguió su objetivo, sino que contribuyó aún más, si cabe, a solidificar la narrativa de Sheinbaum. Como si quisiera convertir el duelo en una mera batalla emocional, la abanderada de Fuerza y Corazón se obstinó en señalar que su enemiga no tenía nada del segundo y sí mucho de la primera. ¿A qué asesor se le habrá ocurrido que la mejor manera de descalificar a Sheinbaum era nombrándola "Dama de Hielo"? De un lado, el epíteto revelaba su contenido machista ─como si una mujer dedicada a la política debiera por fuerza ser cálida─ y, de otro, confirmaba lo que se advertía en la pantalla: que la candidata de Morena podía mantenerse imperturbable frente a los ataques. Por si fuera poco, Xóchitl cometió un error elemental: la palabra que más usó fue "Claudia", casi como si hubiese querido contribuir a posicionarla, mientras ésta le llamaba, desdeñosamente, "la candidata del PRIAN". De Gálvez se celebró, al inicio de su campaña, su frescura y desparpajo: ni una cosa ni la otra aparecieron jamás. Se le vio en cambio nerviosa, encorsetada, titubeante, desprovista de cualquier relato esperanzador y, sobre todo, original. Paradójicamente, la única otra figura que se quejó del debate fue López Obrador, incapaz de aceptar que él ya no participaba en el duelo. Su queja no hace sino confirmar los peores temores: por más que repita una y otra vez que se apresta a retirarse de la política, no pudo evitar exponer su enfado hacia su propia candidata, y no porque esta insinuara siquiera algo que desestimase su legado, sino por no defenderlo a él con la suficiente energía. Una ominosa llamada de atención: si la fidelidad no es absoluta ─lo dije en otra columna: como la que exige el rey Lear a sus hijas─, buscará desheredarla simbólicamente. Pero al menos le ha dejado clara una cosa a Sheinbaum: si ella en verdad quiere ser ella, tendrá que marcar su clara distancia con López Obrador en cuanto reciba la banda presidencial. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
12 abril, 2024
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• Despojo • L A iniciativa de ley presentada por los morenistas para apropiarse de las AFORES "inactivas" constituye un despojo inaceptable. Pretenden que el siguiente Gobierno ─que en su mente dan por hecho que será morenista─ fondee lo que le falta para cumplir sus obligaciones de jubilación con fondos para el retiro que hoy maneja la Banca privada bajo lineamientos estrictos que cuidan el rendimiento de los ahorradores. Estos dineros en manos del Gobierno acabarán siendo utilizados para invertir en lo que les venga en gana; podrían incluso decidir que es una "gran inversión" poner el dinero "inactivo" en las Afores de los asalariados ─o que pasados los 70 años siguen trabajando, o que murieron y los deudos no supieron retirar los fondos─ a trabajar en la Refinería de Dos Bocas. O en el Tren Maya o en la nueva aerolínea de la SEDENA. Hablamos de CUARENTA MIL MILLONES de pesos, a estimación del propio Emperador Lopezuma. Una vez en manos del Gobierno, quedarán a disposición de la 4T y ésta hará con ese dinero lo que le pegue la gana. Vaya, estarán ESTATIZANDO los ahorros públicos de esos trabajadores. De aprobarse esta medida, el fondo de retiro hoy en manos de administradores profesionales que compiten entre sí para ofrecer los mejores rendimientos, pasará a manos del Gobierno... ni siquiera a nombre del que fuese titular de la cuenta. Con el sistema actual hay candados que protegen la inversión de los ahorradores; en manos del Gobierno no habrá candado alguno, sólo el capricho del gobernante en turno. A escasos minutos de que Ignacio Mier, coordinador de la bancada morenista, presentara la iniciativa, junto con Ivonne Cisneros, la candidata del Emperador Lopezuma salió a apoyarla, afirmando que "nada les pasará" a las Afores. ¿Quizá porque quedarse CON las AFORES es el siguiente paso? Afirmó ayer el Tlatoani que los 40 mil millones inactivos sólo los "sudan" los bancos que los tienen, insinuando que hay un aprovechamiento indebido, lo cual es falso. El empleo despectivo de este término indica que su meta real es quedarse CON TODO. La iniciativa, obviamente, parte del Tlatoani Tabasqueño, quien tiene tiempo de andar tras las Afores. Si no les alcanza ni para los propios jubilados de la burocracia, ni el ISSSTE ni el IMSS cuentan con los recursos para cuidar a sus propios jubilados, ¡menos lo harán con los recursos "inactivos"! La intención es clara: apropiarse del dinero "inactivo" hoy en manos de la Banca comercial, lo cual equivale a decir que les ROBARÁN su dinero a los trabajadores ─o sus familias─ que no lo han retirado por equis causa. Por supuesto que para justificar el despojo invocarán un supuesto "beneficio" para los jubilados, siendo que este agandalle no beneficia a nadie más que a la burocracia de la 4T. En manos de ellos el fondo del retiro "del Bienestar" no se invertirá bien, como está HOY, se gastará en puros caprichos onerosos e insalvables, económicamente hablando. Esta iniciativa aparece justo cuando el Gobierno corre con un déficit fiscal enorme con vistas a que del 2025 en adelante no haya forma en la que pueda seguir gastando SIN INCREMENTAR SUS INGRESOS. De ahí la necesidad de apropiarse de lo ajeno, y hacer del Gobierno los dineros que les pertenecen a quienes aportaron para su fondo de retiro, a ellos o sus familias. Para que se den una idea del tamaño de "BOTÍN" al que le están echando el ojo los de la 4T, tomen en cuenta que las DIEZ administradoras de AFORES en el País manejan unos 6.02 billones (millones de millones) de pesos, lo cual equivale al 20 por ciento del PIB. Y están creciendo tan rápido que Hacienda estima que para el 2030 las AFORES representarán el 35-40 por ciento del PIB nacional. ¡Este montón de dinero privado es el que se quiere apropiar la 4T a partir de la propuesta de ley que acaba de presentar Ignacio Mier! Da igual cuál sea el pretexto: el futuro económico de los jubilados del sector privado no puede ni debe quedar en manos de la BUROCRACIA de la 4T. Ello resultaría desastroso no sólo para los jubilados, sino para el País. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
11 abril, 2024
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• Gorilas caprichosos • E L presidente López Obrador tiene una cambiante relación con la ley. Por una parte, ha citado con frecuencia una vieja frase liberal: "Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie". En su conversación telefónica del 9 de abril con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, afirmó que no respetar "las normas, las reglas internacionales", nos haría vivir como gorilas, "con todo respeto a los gorilas". En contraste, el 6 de abril de 2022 advirtió a los ministros de la Suprema Corte: "Y que no me vengan a mí de que la ley es la ley, no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley". ¿Cuál de las dos es la verdadera posición del Presidente? No lo sé, pero ante las dos me pronuncio sin ambages a favor de la que exige respetar las normas, pero no solo en Ecuador, también en México. Hay leyes buenas y malas, por supuesto. Uno puede cuestionar las malas y tratar de modificarlas a través de los cauces legales, pero un gobernante está obligado a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan. El Presidente exige a Ecuador respetar las normas internacionales, como el artículo 22 de la Convención de Viena, pero no muestra el mismo respeto por las leyes nacionales. Nada más este 9 de abril el INE determinó que violó la ley electoral en cinco conferencias de prensa en marzo y abril. De hecho, ya ha aprendido que es muy fácil violar la ley, para intervenir como lo hace cotidianamente en la campaña electoral, para después bajar las declaraciones ilegales cuando ya se han difundido por todo el país. Que conste que yo pienso que la reforma electoral de 2007, que estableció las limitaciones a las declaraciones políticas de los gobernantes, es una mala ley. Así lo expresé entonces y en muchas ocasiones después. La censura, sin embargo, era una exigencia de López Obrador, quien se quejaba de dos frases pronunciadas por el presidente Vicente Fox en toda la campaña de 2006. Yo seré el primero en aplaudir si AMLO propone, después de las elecciones, eliminar las restricciones, pero por lo pronto son la ley. El Presidente que no quiere que nos convirtamos en gorilas no solo viola las leyes electorales, sino muchas más. Mientras que el artículo 134 de la Constitución señala que las adquisiciones, arrendamientos y enajenamientos de bienes o servicios públicos deberán hacerse a través de licitaciones, el actual gobierno entregó 80 por ciento de los contratos de 2023 por adjudicación directa. La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, por otra parte, establece que toda obra de infraestructura deberá tener una manifestación de impacto ambiental previa a su ejecución, pero el presidente empezó el Tren Maya sin ella; y cuando por fin se emitieron manifestaciones para los distintos tramos, era evidente que no prestaron ninguna atención a los daños al ambiente en las zonas afectadas. Como estas violaciones a la ley puedo mencionar muchas más, pero no habría espacio suficiente en un mes de artículos. ¿Por qué el Presidente exige a Ecuador el respeto a las normas internacionales mientras pretende que las de nuestro país no tienen que obedecerse? AMLO dice ser juarista, aunque no le preocupó violar el principio de no intervención fijado en el artículo 89 de la Constitución al emitir declaraciones injerencistas. Quizá haya escuchado la frase de Juárez: "No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes". Solo que no puede rechazar a los gorilas caprichosos en Ecuador mientras ensalza a los de México. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
10 abril, 2024
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• La Dama de Hielo • X ÓCHITL Gálvez le estampó la etiqueta de la Dama de Hielo a Claudia Sheinbaum en la frente, evocando en la descripción de su frialdad y falta de corazón que resumió en la frase a Margaret Thatcher, la Dama de Hierro, que sin miramientos encabezó la reconversión industrial del Reino Unido a finales de los 70 que dio inicio a la segunda liberalización económica del siglo 20, que en América Latina se definió como “neoliberalismo”. Pese a su mano dura, Thatcher no se veía de hielo. Sheinbaum sí, y en ocasiones parece robot. La candidata presidencial del oficialismo es una mujer rígida, disciplinada, dedicada, profesional y obediente, que son virtudes y defectos en una vida pública. Quienes no la conocían tuvieron en el debate presidencial del domingo un primer acercamiento a la verdadera Claudia Sheinbaum. La imagen de la Dulce Polly que se ha vendido al electorado de una Sheinbaum empática, sociable, que canta, baila, ríe y es buena onda, resultado de una cuidadosa e inteligente estrategia de la consultora preferida del régimen asociada con Mario Delgado, el líder de Morena, es falsa. El ruido provocado por las fallas técnicas en el debate y la actuación de la candidata opositora por debajo de las expectativas sirvieron para esconder que en realidad no es una dama de hielo, sino que tiene una mecha muy corta, quizá más que la del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se mide en milímetros. Sheinbaum no es lo que se ve. Gálvez le dijo a manera de descalificación que no tenía el carisma de López Obrador, lo que quedó en la superficie y la banalidad. Pero el rey y la delfín ciertamente no son lo mismo. López Obrador, aunque terco, es pragmático. Pese a estar altamente ideologizado, aunque sin tener el equipaje de un hombre de izquierda, no es dogmático como Sheinbaum, quien sí tiene una formación de izquierda. López Obrador maltrata a sus cercanos, incluso con obscenidades, y con los demás utiliza a terceros para que sean ellos quienes se desgasten. Sheinbaum explota fácilmente cuando le dicen cosas contrarias a su pensamiento, y no se detiene para gritar, humillar o insultar. Muy pocos, quienes han caminado con ella por décadas desde sus tiempos universitarios, se atreven a frenar su avasallamiento. La candidata de López Obrador, que ha sido excepcionalmente bien entrenada, y ella excepcionalmente metódica, fue sacudida por Gálvez en el debate, y en su parte final empezó a responder sus ataques con menciones crecientemente agresivas, hasta llegar a llamarla “mentirosa”. Sheinbaum, que como estrategia no abre espacios para que debatan con ella ─¿por qué lo haría si las encuestas publicadas le dan una amplia ventaja sobre Gálvez?─, estaba dispuesta a entrar a la lucha de lodo que planteaba su rival, que la estaba descuadrando. No funcionó al final porque la candidata de la oposición no pudo terminar de arrinconarla y llevarla al terreno que estaba planteando. Hubo momentos en que se exasperó y sacó su talante despótico. Quizás el mejor momento para ilustrarlo fue cuando Manuel López San Martín, uno de los moderadores, le dijo sobre la base de lo que habían acordado los equipos de campaña y el INE, que hablarían de grupos vulnerables, a lo que Sheinbaum le respondió que ya habían hablado “suficiente” de mujeres –lo que era falso– y procedió a promover los programas sociales del gobierno. La candidata decidió parar en seco al moderador y cambiar no sólo el orden que llevaba sino el del debate en general de una forma impositiva, saliéndose con la suya. En otro episodio cuando Gálvez la estaba atacando, Sheinbaum dijo que no respondería y que dejaría que lo hiciera Jorge Álvarez Máynez, el candidato de Movimiento Ciudadano, que confirmó en el debate el papel de esquirol que el líder del partido, Dante Delgado, acordó con López Obrador. La manipulación de temas y personas emergió prístinamente, aunque fuera en pinceladas fugaces, pero pasaron largamente de largo en el debate ante audiencias que estaban atentas a otras cosas o cuyas expectativas y esperanzas se ubicaban en variables distintas. Es lo mismo que se ha ido dando en sus encuentros con grupos empresariales o mensajes a través de terceros a capitanes de la industria de que con ella las cosas van a ser diferentes en forma y fondo a como lo han vivido en el gobierno de López Obrador. Pero ¿por qué sería así? Un argumento persuasivo, con una experiencia transmitida por quienes estuvieron cerca del poder, es que cuando se cruzan la banda presidencial en el pecho es juego nuevo, que es lo que muchos piensan que hará Sheinbaum en caso de ganar la elección y tome distancia de López Obrador. La debilidad del argumento es que esa reflexión parte de las vivencias de políticos cuya hechura es muy diferente a la de López Obrador, su grupo compacto y la legión de incondicionales. Es obvio que López Obrador no es un político convencional. Se asemeja a los ayatolas de Irán, donde la política está supeditada a creencias y lineamientos dogmáticos. El movimiento lopezobradorista, como apuntan dos observadores agudos, es una grey religiosa que funciona como secta. Desde hace casi un cuarto de siglo Sheinbaum es parte de esa secta, cuya lealtad y obediencia van más allá de las pugnas internas entre sus integrantes. No está hecha con el mismo material de quien actuó contra Plutarco Elías Calles, ni quien envió a las Islas Fiji a su amigo, o el que detuvo al hermano del presidente. Pero como en cualquier actividad donde el factor humano es agente de cambio, puede haber alteraciones en la conducta política por necesidades coyunturales. Eso, en caso de ganar la Presidencia, no eliminará el temperamento caliente de la Dama de Hielo, ni su autoritarismo o dogmatismo. El debate permitió atisbar un eventual futuro de México con Sheinbaum, que continuaría el sueño de López Obrador con formas y fondo imposibles de predecir, pero con características en su personalidad que permiten conjeturar escenarios de la relación que podría tener con sus gobernados la Dulce Polly de la política mexicana. 🔺 ITE SVPRA 🔺 |
Opinión
También 'carrancearon' a la ínclita "Ministra del pueblo" Sin rodeos Diego Fernández de Cevallos ...