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🔻 INFRA 🔻 Jorge Suárez-Vélez escribió en REFORMA (07/12/2023): Déjenla volar [...]
E l carisma de Xóchitl no hará que por arte de magia se cierre la brecha en las encuestas. Para eso se requiere de contraste entre las dos candidatas. Es necesario quitar el capelo con el que el Presidente lleva cinco años protegiendo a Sheinbaum. Que conste que no propongo una guerra sucia, descalificación o insultos. Pero sí es importante invitar a que la candidata del Presidente opine sobre temas relevantes —falta de medicinas, pérdida de acceso a salud pública, complicidad con organizaciones criminales, inseguridad rampante— y que endose o rechace lo que su predecesor ha hecho. Quienes simpatizan con el Presidente necesitan entender quién es ella y en qué consiste la continuidad que ofrece. Recordemos que si bien la popularidad del Presidente prevalece, la de su gobierno se desploma. Sheinbaum también debe explicar una larga lista de desgracias —Rébsamen, Línea 12— pero en vez de poner el reflector sobre ella, los partidos creen que algo ganan utilizando espacios publicitarios valiosos para promoverse ellos. Ignoran el profundo rechazo que padecen. Sus anuncios provocan más náusea que simpatía. ¿Por qué no cederle a una candidata prometedora esos espacios? ¿Por qué insistir en que ella cargue el lastre de sus colores partidistas? Siguen sin entender que tener una candidatura presidencial competitiva es su única oportunidad para ganar los espacios legislativos indispensables para parar la destrucción que se avecina. Arrastran a Xóchitl a su desprestigio en vez de dejarla despegar y subirse en la cola del cometa. Desperdician espacios valiosos y tiran a la basura recursos escasos al insistir en una campaña convencional. La oposición puede ganar la Presidencia. Pero, para lograrlo, es indispensable que los partidos abran sus espacios, que la sociedad civil sume y evite campañas paralelas que a veces ayudan más a la campaña del gobierno. Pero, sobre todo, es indispensable que todos creamos que se puede ganar. Demasiadas voces le hacen eco al Presidente que quiere convencernos de que ellos ya ganaron. En el Estado de México, las encuestas insistían en brechas enormes, cuando la elección se decidió por 8 puntos. Muchas de las encuestas no están reflejando la calle. Hay que empezar por evitar jugar el juego del Presidente. ••—• •• —• |
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