31 diciembre, 2024

Lopezuma nos mintió,
nos robó y nos traicionó;
muy al contrario de lo
que siempre nos prometió...

D.n  Sergio Sarmiento escribió en
am - León
 ( XXXI | XII | A.D. MMXXIV )

 El más democrático 

 T 

odavía los mexicanos nos resistimos a aceptar que ya contamos con un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, pero ya la presidenta Sheinbaum nos está diciendo que somos “el país más democrático sobre la faz de la tierra”. Y no solo eso: “La corrupción se quedó en el pasado, estamos en el gobierno para erradicar cualquier forma de corrupción, los recursos del pueblo son para el pueblo”. Además, “Disminuyeron las desigualdades. Al país le va mejor. Estamos cerrando el año con récord en el número de empleos, estamos cerrando el año con récord en salario medio. Estamos demostrando que en México a nadie se le deja atrás, que damos la mano, somos solidarios, somos fraternos; esa es parte de nuestra herencia”. Por eso “en 2025 nos va a ir muy bien. Nos va a ir requetebién”.

 Ese país tan avanzado, aunque usted no lo crea, es México. La presidenta Claudia Sheinbaum ha retomado la filosofía del expresidente Andrés Manuel López Obrador de decir que todo lo que hace su gobierno es perfecto, sin importar los problemas que enfrenta la sociedad. Supongo que este optimismo funciona políticamente, pero falta a la verdad.

Decir que tener elecciones populares para jueces, magistrados y ministros nos hace más democráticos es no entender la función de los juzgadores. En Dinamarca los jueces no son electos por votación popular; a los candidatos los selecciona y propone un Consejo de Nombramientos Judiciales de seis miembros, formado por tres jueces de carrera, un abogado y dos representantes de la sociedad designados por la Asociación de Municipios y por el Consejo Danés para la Educación Cívica. El Ministerio de Justicia nunca ha rechazado una nominación de este consejo independiente.

Sin embargo, Dinamarca no es un país menos democrático que Bolivia. Según la Matriz de la Democracia de la Universidad Julius Maximilians de Wurzburgo, Alemania, Dinamarca es el país más democrático del mundo, con una calificación de 0.958 (en la que 1 representaría una democracia perfecta). Bolivia, en cambio, tiene apenas 0.521, y ocupa el número 97, apenas debajo de México, con un registro de 0.553 que nos coloca en el lugar 90, no en el primero, de la faz de la tierra. Tanto Bolivia como México, de hecho, están calificados como “regímenes híbridos”; ni siquiera somos plenamente democráticos (democracymatrix.com).

 De poco sirve que en Bolivia se elija por voto popular a los magistrados de los tribunales más importantes. Tampoco la elección de jueces hará más democrático a México. El expresidente López Obrador tomó la idea de elegir a los jueces de Evo Morales de Bolivia, pero la llevó además al absurdo al impulsar elecciones para todos los juzgadores.

En un país verdaderamente democrático, como Dinamarca, no se considera siquiera la posibilidad de elegir a los jueces por voto popular porque se considera que estos tienen una función radicalmente distinta a los políticos. Es claro que legisladores y gobernantes deben ser electos en las urnas, pero la función de un juez es aplicar la ley de manera justa y equitativa. No puede estar prometiendo fallos que le ganen popularidad y lo ayuden a ganar elecciones.

Algo importante nos dice que el país más democrático del mundo sea uno en el que no se elige a los juzgadores en las urnas. La elección de jueces por voto popular no mejorará la calidad de nuestra democracia, sino que la deteriorará. A los políticos mexicanos, sin embargo, les gusta vivir en un mundo de fantasía.

30 diciembre, 2024

Pues por fin se ha ido "El Cacas"
a "La Chingada" a medrar,
bien repletas las petacas
con lo que pudo robar...

D.n  Sergio Sarmiento escribió en
am - León
 ( XXX | XII | A.D. MMXXIV )

 Dictaduras progres 

 L 

a definición de “progresista” de la presidenta Claudia Sheinbaum es muy amplia. Como lo declaró el 17 de diciembre, “progresistas” son para ella gobiernos tan distintos como el de Gabriel Boric de Chile o el que “recientemente ganó el Frente Amplio en Uruguay”, el de Yamandú Orsí, que no asumirá la presidencia hasta el 25 de marzo. Entre estos gobiernos progresistas, “con los que tenemos mucho en común”, se cuentan “Venezuela, que tiene su problemática que todos conocemos, y Cuba, evidentemente”.

 La presidenta, de hecho, se ha comprometido a enviar a un representante a la nueva toma de poder de Nicolás Maduro en Venezuela. Poco le importa que se haya cometido un abierto fraude en las elecciones del 28 de julio. Las autoridades electorales no han podido presentar las actas que avalarían el supuesto triunfo de Maduro; la oposición, en cambio, ha divulgado copias de la mayoría de las actas que revelan una victoria abrumadora del opositor Edmundo González Urrutia.

Si “progresista” significa un gobierno o grupo político que defiende el progreso de la sociedad y la democracia, difícilmente podría el régimen de Maduro ser considerado como tal. Maduro encabeza un gobierno autoritario y represor. No solo cometió un fraude electoral, sino que sofocó con violencia las manifestaciones de rechazo. El propio fiscal general Tarek William Saab reconoció que en las protestas por el resultado oficial de las elecciones murieron 25 personas; cientos más fueron detenidos por cometer el delito de protestar.

Cuba va a cumplir este 1 de enero 66 años de una dictadura feroz que ha despojado a los gobernados de derechos económicos, personales y políticos. Los ciudadanos acuden a las urnas periódicamente, como en 2023, pero solo pueden votar por un candidato para cada uno de los 470 escaños de la Asamblea Nacional, cuyos diputados eligen después al presidente. La enorme mayoría de los candidatos son miembros del Partido Comunista; los pocos que no lo son, son seleccionados por el gobierno y avalados por el partido. Por su ineptitud económica el régimen ha provocado un empobrecimiento brutal de la población; culpa a un “bloqueo” estadounidense, sin aclarar que Estados Unidos es uno de los mayores proveedores de alimentos y medicamentos de Cuba.

 Ni Venezuela ni Cuba tienen gobiernos progresistas, a menos de que se pretenda que progresistas son los regímenes autoritarios que reprimen a la población, violan las garantías individuales y empobrecen a la población. Boric ha señalado que la decisión del Tribunal Supremo de Venezuela de avalar el triunfo de Maduro “termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia”. En X, una plataforma prohibida por Maduro, advirtió que “Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía”.

Progresista, liberal y, sobre todo, valiente, ha sido la mujer que ha encabezado la oposición venezolana en los últimos años. En una entrevista de 2011, cuando acababa de ser electa diputada, María Corina Machado declaró: “Creo en una sociedad donde debe haber seguridad y trabajo digno para todos. ¿Eso es progresista? Soy progresista. Creo en una sociedad en la que los mecanismos del mercado generen competencia y oferta diversa, y donde haya incentivos al trabajo, al talento. Si eso es liberal, entonces soy liberal”. A ella, sin embargo, Sheinbaum nunca la reconocerá como progresista.

28 diciembre, 2024

Pues por fin se ha ido "El Cacas"
a "La Chingada" a medrar,
bien repletas las petacas
con lo que pudo robar...

D.n  Moisés Naím escribió en
am - León
 ( XXVIII | XII | A.D. MMXXIV )

 Tres tendencias subterráneas 

 J 

Las fuerzas que cambian al mundo no siempre son visibles. Algunas son producto de cambios graduales, subterráneos, que modifican todo sigilosamente hasta que, de repente, descubrimos que el mundo que conocíamos ya no existe. Actualmente, están proliferando eventos de alto impacto que no reciben la atención que merecen. De esta lista de inestabilidades, destacan tres: la despoblación global, la criminalización del estado y la fragilidad de China.

 Los países con mayores ingresos se están despoblando. Cada vez más, las tasas de fertilidad han caído muy por debajo de lo requerido para contener el declive poblacional. La ONU estima que en 2080 habrá más personas mayores de 65 años que jóvenes menores de 18. Además, un estudio de The Lancet proyecta que para el 2100, 183 de 195 países tendrán tasas de fertilidad por debajo del nivel de reemplazo. Esto tiene su lado positivo, pero cuando las tasas de natalidad son excesivamente bajas se generan presiones sociales y políticas difíciles de manejar. Un caso extremo es el de Corea del Sur, donde las mujeres tienen en promedio 0.78 hijos. Esto derivará en una sociedad desbalanceada, con un número ínfimo de trabajadores que deben sostener a una masa inmanejable de ancianos. Muchos otros países avanzados van por el mismo camino.

La segunda tendencia es el auge de gobiernos que adoptan estrategias, tácticas y modos de operar que son típicos del crimen organizado. La criminalización del sector público es una tendencia mundial y al alza.

Crecientemente, cuerpos policiales y de seguridad del estado, militares, jueces, centros carcelarios, aduanas y controles fronterizos están bajo el control de bandas que manejan inmensos recursos financieros, poder político, redes internacionales y el uso de la violencia. Un significativo grupo de organizaciones criminales han pasado de operar a nivel nacional a actuar regionalmente y, en algunos casos, mundialmente.

El aumento de la violencia suele acompañar el auge de la criminalidad organizada y enquistada dentro de los gobiernos. Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo revela que América Latina pierde hasta el 3.44% de su PIB por crimen y violencia, más del doble de lo que se dedica a la asistencia social.

El crimen organizado —con frecuencia asociado con gobiernos autocráticos— tiene enorme presencia en África, Asia, Eurasia y los Balcanes.

Los cárteles de la droga en México controlan grandes extensiones del territorio nacional y operan en Sudamérica, Norteamérica y Europa, al mismo tiempo que las bandas narcoguerrillas colombianas, y nuevas bandas criminales en Venezuela extienden sus operaciones por toda la región.

Los organismos públicos encargados de enfrentar esta amenaza se están viendo desbordados mientras que los carteles criminales gozan de una influencia sin precedentes.

La tercera tendencia que merece más atención de la que ha tenido es la fragilidad de la economía china. Hasta hace pocos años, se discutía cuándo superaría la economía china a la estadounidense. Hoy, nadie habla de eso. La atención se ha desplazado hacia los desequilibrios fiscales y financieros de China, las impopulares medidas que el gobierno deberá tomar para estabilizar su economía y la grave amenaza de una posible guerra comercial con Estados Unidos. 

 La situación económica de China no es sólida. Su tasa de crecimiento del PIB ha caído significativamente, pasando de 9.5% entre 2000 y 2010 a 2,2% en 2020 y 3% en 2022, muy por debajo del objetivo oficial de alcanzar el 5.5% de crecimiento. El aumento de los aranceles de EE. UU. a los productos importados desde China asestaría un fuerte golpe a la economía del gigante asiático.

Inevitablemente, el malestar económico afecta la estabilidad política. Por más que China sea una férrea dictadura, con el poder altamente concentrado en su líder, Xi Jinping el riesgo de inestabilidad existe. El descontento interno crece: tan solo en un mes, el pasado octubre, el grupo China Dissent Monitor registró 435 protestas públicas, la cifra más alta desde que se llevan registros. Poco después, el gobierno obligó a maestros, a funcionarios públicos y a ejecutivos a depositar sus pasaportes en las oficinas de las autoridades locales. Esta es, claramente, una muestra del grado de preocupación que hay en los altos centros de poder. Nada temen más los líderes chinos que perder el control de calles y plazas y los centros urbanos.

A pesar de esta fragilidad, China mantiene fortalezas estratégicas muy importantes. Su enorme tamaño y más concretamente su mercado interno, su alta competitividad internacional, inmensa capacidad manufacturera y su control de minerales críticos para la economía digital le otorgan ventajas significativas. Los embargos impuestos por China a la exportación de estos minerales indispensables, por ejemplo, causarían estragos en la economía global.

China no necesita convertirse en la primera potencia mundial para generar inestabilidad en el resto del mundo. Este mundo también sufre de gran inestabilidad: entre otras cosas por la despoblación y la criminalización de los Estados. Las tendencias subterráneas no ocurren de forma aislada: se influencian entre sí, potenciando sus efectos.

Y estos efectos no se pueden ignorar. Ya están con nosotros.

27 diciembre, 2024

Pues por fin se ha ido "El Cacas"
a "La Chingada" a medrar,
bien repletas las petacas
con lo que pudo robar...

D.n  Juan Villoro escribió en
am - León
 ( XXVII | XII | A.D. MMXXIV )

 Neurosis de Estado 

 J 

uan José Millás señala que los políticos tienen tantos problemas personales que es imposible que resuelvan problemas ajenos. Habla de la clase política española, pero el deterioro de la función pública es mundial. 

 El solo hecho de asumir un cargo de responsabilidad provoca estrés. Las personas que ingresan a la compleja maquinaria de la dominación se ven sometidas a una neurosis de Estado. Si actúan con honestidad y no tienen grandes tropiezos, se jubilarán sin mayor daño que una úlcera duodenal. Pero la política es el inquietante reino de la ambición sucesiva, donde se ocupa un puesto para conseguir otro puesto. A cierto nivel, el señor licenciado adquiere una fuerza que no le otorgó su título y puede confundir los intereses de la patria con los de su cartera.

Cuando eso se descubre, debe dedicar todas sus energías a justificarse. Quien plagia su tesis argumenta que la copia es un homenaje y el copy paste una “intertextualidad”. Quien engaña a su esposa y embaraza a su amante busca que un guionista de telenovela justifique su intimidad. Quien usa un avión privado para ir a jugar golf declara que en el green logró insólitos acuerdos. Quien vende su voto a otro partido, se desdice de las convicciones que en realidad nunca tuvo y explica su viraje ideológico con palabras que hasta ese momento ignoraba. Quien insulta y discrimina evita el riesgo más temido por el mexicano —pedir perdón— y se ampara en una tradición respetable: la picardía popular. Quien llega a un cargo por nepotismo construye un discurso de autonomía de los poderes. Quien comete un desfalco procura que un subordinado se eche la culpa. Quien se contradice vuelve a contradecirse para que su mitomanía parezca lógica. Quien rompe un pacto secreto persigue a la persona que traicionó antes de que ocurra lo contrario. Quien habla lento se adiestra en hablar más lento para que su torpeza se convierta en recurso de estilo.

Todo eso es difícil y toma tiempo. Y lo que los políticos menos tienen es tiempo. Cuando Norman Mailer contendió como candidato a alcalde de Nueva York descubrió que le faltaban minutos para dormir: “El sueño es la droga de los políticos”, afirmó.

¿Cómo soporta la tensión quien apenas duerme? Las y los atribuladas y atribulados mujeres y hombres del presupuesto recurren a algún amorío, copetines de ocasión, calmantes y estimulantes. Deberían entrar a terapia, pero está mal visto que un funcionario vaya al psiquiatra. Uno de los síntomas de esa enfermedad es que quien la padece no puede asumirse como paciente. 

 El sujeto político sufre, pero no se quiebra. En vez de tenderse en un diván tres veces a la semana, busca remedios alternos de los que poca gente se entera. Chamanes, astrólogos, adivinos, practicantes de reiki, lectores de pelos, expertos en feng shui, mentalistas, videntes y profetas new age son contratados como “asesores”. Las tribulaciones no necesariamente se resuelven, pero reciben paliativos esotéricos.

Hay que tener empatía ante este malestar ajeno. Imaginemos lo que significa vivir cometiendo errores que no se pueden aceptar, bajo el escrutinio del ojo público. Cualquier resbalón es motivo de escarnio y, como el descrédito del oficio es tan intenso, a veces la gente exagera. El diputado que echa un sueñito en su curul es inmortalizado en los medios como un inútil al que le pagan por dormir. Las ansias de poder causan efectos secundarios.

Tarde o temprano los abusos pueden ser descubiertos. ¿Por qué, entonces, se siguen cometiendo? Porque rara vez hay consecuencias. Las y los licenciadas y licenciados han estudiado Derecho y saben que aquí la ley no se cumple. El único castigo suele ser el desprestigio, la burla en las redes, los memes que no se olvidan. Eso no es suficiente para que impere la honestidad, pero pone nervioso. El servidor público infamado como trending topic se dedica en lo fundamental a cultivar su neurosis. La impunidad salva pero acalambra.

Me atrevo a plantear un remedio. Aunque no todos los políticos son corruptos, abundan las patologías que los apartan del camino recto. Urge un programa nacional de salud para las alteraciones de la conducta producidas por el Estado, con rigurosa supervisión ciudadana.

No hay duda de que el programa de rehabilitación para las perturbaciones del poder sería muy costoso. Pero más costoso es que esas personas gobiernen.

26 diciembre, 2024

Pues por fin se ha ido "El Cacas"
a "La Chingada" a medrar,
bien repletas las petacas
con lo que pudo robar...

D.n  Sergio Sarmiento escribió en
am - León
 ( XXVI | XII | A.D. MMXXIV )

 El Grinch navideño 

 ¿ 

Qué significa la Navidad? Para cada quien, supongo, algo distinto. Para los cristianos es la fecha de conmemoración del nacimiento de Jesús, crucificado hace unos dos mil años en Galilea, a quien consideran el hijo de Dios hecho hombre. Las conmemoraciones se han mantenido en los países de tradición cristiana, aun con el arribo del laicismo. La Navidad se ha hecho para muchos un festejo familiar.

 En los países católicos la conmemoración se realiza en la Noche Buena, la víspera de Navidad (del latín nativitas que significa “nacimiento”), pero en los de tradición protestante tiene lugar el 25 de diciembre y en muchos países ortodoxos el 6 o el 7 de enero, ya que mantienen la fecha del viejo calendario juliano.

La festividad se ha extendido a muchos países sin historia de cristianismo. Se ha convertido, de hecho, en una fiesta de paz que trasciende fronteras nacionales. Así lo ratifican las historias de la primera guerra mundial, cuando cientos de soldados salieron de las trincheras en los frentes de batalla de Europa para cantar villancicos y confraternizar con el enemigo ante la frustración de los mandos militares y políticos que buscaban promover el odio nacionalista que requiere la guerra.

Muchos cristianos, sin embargo, han rechazado la Navidad a lo largo de la historia porque la han visto como una fiesta de raíces paganas, inventada para conjugar la fe cristiana con los viejos cultos romanos, en particular las Saturnales, que rendían homenaje al dios Saturno, con fiestas populares que podían llegar a la orgía, y la fiesta del Sol Invicto, una conmemoración de Apolo en el solsticio de invierno. No hay en los Evangelios de Mateo y Lucas, los únicos que abordan el nacimiento de Jesús, ninguna indicación de una posible fecha. La que tenemos la sugirió primero Sexto Julio Africano en el siglo III y la definió después el papa Julio I en el siglo IV para complacer al emperador Constantino, quien quería hacer del cristianismo la religión del Imperio Romano y promovía un sincretismo con las viejas religiones paganas.

Para los cristianos que se oponían a la Navidad, la conmemoración de Jesús solo podía corresponder a la Semana Santa, a la pasión, muerte y resurrección. El rechazo a la Navidad llegó a tal grado que en 1644 el Parlamento puritano inglés prohibió las celebraciones de Navidad, incluso la asistencia a misa (Christmas significa “la misa de Cristo”). Carlos II eliminó esta prohibición con la reinstauración de la monarquía en 1661.

 Yo no soy creyente y he tenido siempre una relación complicada con la Navidad. De joven, sin embargo, acompañé muchos años a mi padre a hacer visitas a sus hermanos el 24 de diciembre por la tarde, en recuerdo de mi abuela Rosario que le pidió mantener unida a la familia. Mi madre renunció en algún momento a organizar la cena de Noche Buena, ya que sus hijos no acudían por tener cenas con sus nuevas familias, y decidió hacer una comida familiar cada 25 de diciembre. Cuando se sintió cansada, yo retomé la costumbre y año con año acudieron a la comida mi madre, mis hermanos y la familia extendida. Ella, ya delicada de salud, recibió la visita de todos nosotros el 25 de diciembre de 2020. Se despidió y se quedó dormida para siempre.

La comida del 25 de diciembre la sigo haciendo, como habrían querido mi madre y mi abuela Rosario. No falta quien se burle del Grinch que organiza una comida navideña. Pero la Navidad es ya un festejo familiar que va más allá de sus raíces religiosas. El ánimo que llevó a los soldados de 1914 a la pausa en los combates y al festejo en las trincheras refleja una parte valiosa del espíritu humano. Si la Navidad no existiera, pienso, habría que inventarla.

25 diciembre, 2024

Mañana de Navidad,
frescura de un nuevo día,
sentimientos de alegría,
esperanza y caridad.

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS

QUE LA PAZ DEL DIOS NIÑO
PERMANEZCA EN TODOS LOS HOGARES DE NUESTRO MÉXICO

24 diciembre, 2024

Pues por fin se ha ido "El Cacas"
a "La Chingada" a medrar,
bien repletas las petacas
con lo que pudo robar...

D.n  Sergio Sarmiento escribió en
am - León
 ( XXIV | XII | A.D. MMXXIV )

 Grupos terroristas 

 N 

o tengo duda de que las bandas de narcotraficantes en nuestro país se han convertido en verdaderas organizaciones terroristas. La violencia que empleaban estaba antes dirigida a sus rivales, pero cada vez son más los casos en que agreden a ciudadanos comunes para generar terror entre la población.

 Por eso no sorprende que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, haya amenazado con declarar formalmente organizaciones terroristas a los narcotraficantes mexicanos. Nuestros diplomáticos podrán argumentar que no son terroristas porque no tienen objetivos políticos, pero Trump no está tan errado cuando advierte que estas organizaciones son el mayor riesgo para la seguridad de su país.

Es cierto, como dijo ayer la presidenta Sheinbaum, que Trump “nunca habla de la intervención en México, nunca”, pero la verdad es que por el Patriot Act, la ley contra el terrorismo promulgada el 26 de octubre de 2001 por el presidente George W. Bush, la designación abre las puertas a posibles intervenciones en territorio nacional. Esta ley otorga a las agencias de justicia de Estados Unidos la posibilidad de realizar investigaciones criminales en cualquier lugar del mundo, y de pedir y obtener órdenes de búsqueda y aprehensión de terroristas y ejecutarlas en cualquier país. Hemos visto ya cómo Estados Unidos aplica esta justicia extraterritorial.

De poco sirve que Trump no haya hablado específicamente de mandar tropas o fuerzas policiales a nuestro país. Esto podrá hacerse ya de manera automática, sin que el presidente dé una orden específica. Si las autoridades estadounidenses identifican y localizan en México a un narcotraficante designado como terrorista, podrán ordenar que se le sustraiga del territorio nacional o que se le asesine. Poco importa que violenten el derecho internacional; estarán avaladas por su legislación nacional, que es la única que les importa.

El expresidente López Obrador hizo mucho daño a la relación con Estados Unidos al afirmar que puso fin a la “guerra contra las drogas” y asumió una política contra el narco de “abrazos y no balazos”. Ahora el gobierno de Sheinbaum tendrá que convencer a Trump y a su gente de que esto no ha sido más que una pantalla política. México tendrá que demostrar que sigue comprometido en la guerra contra el narco.

 En realidad, ahí parecen estar las pruebas. Apenas este 21 de diciembre la Secretaría de Marina afirmó que durante los tres primeros meses de Sheinbaum ha confiscado más de 45 toneladas de drogas y ha exterminado 53 plantíos de marihuana. El secretario de seguridad, Omar García Harfuch, informó el 3 de diciembre que las autoridades mexicanas lograron el mayor decomiso de fentanilo en la historia del mundo, de 1.1 toneladas, en Ahome, Sinaloa, y añadió que del 1 de octubre al 1 de diciembre de 2024 fueron detenidas 5,434 personas por “delitos de alto impacto”, se aseguraron 2,471 armas de fuego y 57.9 toneladas de drogas, entre ellas, 415,309 pastillas de fentanilo.

Tanto el gobierno de México como Trump, sin embargo, prefieren seguir en sus juegos políticos. México pretende que ya no hay guerra contra las drogas, mientras que Trump está más interesado en presentarse ante sus electores como un bully que amedrenta a sus vecinos y socios, principalmente a México. Mucho mejor nos iría a todos si tuviéramos gobernantes sensatos y dispuestos a tomar medidas conjuntas para acabar con el crimen y la violencia, pero la verdad y la sensatez no son virtudes que practiquen los políticos de hoy.

23 diciembre, 2024

En vez de tanto alabar
doña Claludia a don Andrés:
debería de gobernar
el país que está al revés...

D.n  Sergio Sarmiento escribió en
am - León
 ( XXIII | XII | A.D. MMXXIV )

 Ciencia de Estado 

 N 

o sorprende que el panel de controversia sobre la prohibición mexicana del maíz genéticamente modificado para consumo humano haya favorecido a Estados Unidos. “Las medidas de México no se basan en la ciencia y socavan al mercado que México acordó proporcionar en el Tratado”, advirtió la representante comercial estadounidense Katherine Tai.

 Los transgénicos han sido los productos más estudiados en la historia. No solo se ha confirmado científicamente su inocuidad, sino que han sido consumidos durante décadas por cientos de millones en el mundo sin indicios de daños a la salud. Aun así, el expresidente López Obrador, amante de los otros datos, afirmó en múltiples ocasiones que había que prohibirlos por razones de salud. “Estamos buscando la forma de que ellos entiendan que una cosa es lo mercantil. y otra cosa es la salud. Y que si se tiene que decidir entre la salud y el mercantilismo, nosotros optamos por la salud”, dijo el 29 de noviembre de 2022.

El secretario de agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsak, declaró en contraste este 20 de diciembre: “El enfoque de México hacia la biotecnología no estaba basado en principios científicos o estándares internacionales. Las medidas de México eran contrarias a décadas de evidencia que demuestran la seguridad de la biotecnología agrícola fundamentada en sistemas de revisión regulatoria basadas en la ciencia y en la evaluación de riesgos”.

Uno puede entender la ignorancia de López Obrador, pero Claudia Sheinbaum es una científica que debería entender la evaluación de los riesgos de los productos para consumo humano. El problema es que no se ha atrevido a tomar ninguna medida contraria a los dogmas de su predecesor.

 La historia tiene muchos ejemplos de cómo los regímenes autoritarios han tratado de hacer una ciencia que responda a las órdenes te modificados durante décadas sin efectos negativos, en lo que sería la mayor prueba de campo de la historia.

El tema se complica ahora porque la prohibición del maíz biotecnológico ya está en la Constitución. López Obrador no solo impulsó una prohibición sin respaldo científico y violatoria del T-MEC, sino que la elevó a la carta magna, sembrando las semillas para una disputa con Estados Unidos que podría llevar a sanciones importantes o a la salida de México del tratado comercial, nuestra gran esperanza para generar crecimiento económico y prosperidad.

Afortunadamente, la presidenta Sheinbaum se ha echado para atrás. Pudo haber insistido en mantener la proscripción, pero este 21 de diciembre declaró que “vamos a darle la vuelta a esta resolución” prohibiendo “sembrar maíz transgénico”. Esta prohibición ya existe. Elevarla ahora a la Constitución sería un simple gesto político. Dañará a los agricultores mexicanos, pero no a las importaciones. Al contrario, asegurará que los agricultores estadounidenses no tengan competencia en nuestro país. Quizá ese haya sido el plan desde un principio.

22 diciembre, 2024

En vez de tanto alabar
doña Claludia a don Andrés:
debería de gobernar
el país que está al revés...

D.n  Enrique Krauze escribió en
am - León
 ( XXII | XII | A.D. MMXXIV )

 El fruto de la discordia 

 H 

ace más de tres mil años la manzana de la discordia desató la guerra de Troya. No es la primera vez que ocurre, consuela saberlo. Y por eso es natural volver a los clásicos. A ellos acudió José Ortega y Gasset en 1941 desde su exilio en Buenos Aires para escribir el ensayo “Del Imperio romano” donde recordaba un dramático pasaje de la vida de Cicerón en el año 50 a. C. Ante el peligro de la guerra civil, el gran orador romano exclama: “Falta la concordia”. Esa era la fatal reincidencia que Ortega advertía en su tiempo. Y es la misma que resuena en el nuestro.

 “Es evidente —escribe Ortega— que una sociedad existe gracias [...] a la coincidencia de sus miembros en ciertas opiniones últimas”. Esta convergencia era lo que Cicerón llamaba “concordia” y que definía como “el mejor y más apretado vínculo de todo Estado”. Por otra parte, y siguiendo a Aristóteles, Cicerón señalaba que las divergencias de opinión no solo son naturales sino benéficas. Pero ¿qué ocurre —se pregunta Ortega— cuando “la disensión llega a afectar a los estratos básicos de las opiniones que sustentan la solidaridad del cuerpo social”? Ocurre que el corazón social se escinde en dos: es la dis-cordia, polo opuesto de la con-cordia:

Pero dos sociedades dentro de un mismo espacio social son imposibles. Quedan, pues, como meros conatos de sociedad, es decir, que la disensión radical produce exclusivamente la aniquilación de la sociedad donde sobreviene... Nada es común entre los contendientes. El Estado queda destruido, y con él toda vigencia de ideas, de normas, de estructuras en que apoyarse.

Los temores de Cicerón se hicieron realidad: perdida la concordia, sobrevino la guerra y la dictadura. Dos milenios después, la pauta se repitió en España y Alemania: las repúblicas que ceden a la discordia dejan el espacio público en manos de líderes cuya pasión visceral e irreductible conduce a las masas obedientes al abismo.

Con esos antecedentes remotos y próximos, uno esperaría que el siglo XXI hubiese asimilado la lección, pero inexplicablemente no ha sido así. Dos ejemplos nos competen: Estados Unidos y México.

La discordia ha llevado a Estados Unidos a una encrucijada solo comparable con la antesala de la Guerra Civil. Donald Trump ha sido un sembrador de discordia y llegará al poder para cosechar los frutos. No es un estadista sino un demagogo con actitudes racistas, simpatías tiránicas e inclinaciones dictatoriales. Para complicar el panorama, la oposición democrática y liberal está lastrada por el intolerante y narcisista movimiento woke.

¿Sobrevivirán los valores, leyes, libertades e instituciones que fundaron esa república democrática hace casi 250 años? Cabe la esperanza. En cuatro años no se borrarán la división de poderes, el régimen federal y la prensa libre. Habrá un relevo generacional. La economía americana es dinámica y creativa. La sociedad es plural. Pero los riesgos de disolución y violencia existen.

 En México estamos ya en ese escenario. La discordia nunca fue un rasgo constitutivo nuestro pero desde hace años ha sido el emblema mismo —casi la razón de ser— del movimiento que degradó la vida política a una lucha mortal entre “amigos y enemigos”.

Eso sí, reuniones del “Gabinete de Seguridad” no faltan, contadas las del pasado sexenio deben de ser más de 2 mil, suena a que son muchas, pero por más que se juntan y juntan falta algo, ¿y saben qué es? ¡Resultados!

Hasta la fecha tanto el Gobierno pasado como el actual les han hecho los mandados a las organizaciones terroristas que generan violencia en México, e inquietud en Estados Unidos, al grado de que los radicales del equipo trumpiano hablan incesantemente de la necesidad de intervenir militarmente en México para ponerles un alto a los cárteles que el Gobierno mexicano se muestra incapaz de poner. Terrible situación sería ésta, que aunque improbable resulta posible, dada la naturaleza impulsiva del futuro ocupante de la Casa Blanca.

Sí, trae broncas la Presidenta, broncas que le tocan al “Gabinete de Seguridad”, pero ¿y qué con el Gabinete de Economía? ¡¿No hay nadie ahí, o qué?! Alguien responsable que configure, ¡pero ya! un Pemexproa que reconozca los adeudos de Pemex y defina un plan para saldarlos.

21 diciembre, 2024

En vez de tanto alabar
doña Claludia a don Andrés:
debería de gobernar
el país que está al revés...

D.n  Manuel J. Jáuregui escribió en
am - León
 ( XXI | XII | A.D. MMXXIV )

 Ni el intento 

 D 

ejen ustedes que deban hasta los choninos, estos tíos que manejan Pemex ni siquiera hacen el intento de pagar por lo que deben. Les deben a los proveedores miles de millones de pesos, lo reconocen, no obstante que ha habido protestas y ahora una huelga de prestadores de servicios de transporte para el personal de plataformas: ni hacen la finta de que van por la cartera.

 Se acogen al tradicional “Debo no niego, pago no tengo”. A todas luces le vale a este Gobierno un bledo que quiebren los proveedores de Pemex, que ciudades enteras en Tabasco o Campeche, que viven de proveer a Pemex bienes y servicios, tengan un año —o más sin recibir un centavo por los servicios prestados o los bienes que de ellos adquirió el monopolio gubernamental. Tan le vale que nadie se molesta en armar un plan de pagos, o intentar iniciar un “Pemexproa” que permita a los proveedores recibir lo que se les debe para que puedan cubrir su nóminas.

Dicen estos cuates y cuatas de la 4T que su “movimiento” es “humanista”. ¡Vaya humanista una actitud que le vale mádere el que asalariados y trabajadores de las empresas a las que Pemex ha quebrado por su “no pago” puedan ser saldados y que reciban como mínimo— su aguinaldo! Esta actitud conchuda por parte del monopolio gubernamental indica que lo del humanismo es puro rollo. Les debería dar vergüenza abusar de la gente apropiándose de lo que no les corresponde, que es el trabajo y los bienes materiales ajenos.

¿Cómo explicarnos que no exista un plan gubernamental para saldar esa deuda? ¿Qué la intención es no pagarles nunca y que sean particulares quienes de su bolsa subsidien al gigante monopolio? Ni la Presidenta ni su Secretario de Hacienda, Ramírez de la O; ni el Secretario de Economía, Ebrard, ni la Lic. Altagracia Gómez, que encabeza el “grupo asesor” empresarial que conformó para la foto la Dra. Sheinbaum, han dicho ni pío sobre este escabroso tema.

Con o sin Ejército, las refriegas en las calles sinaloenses continúan, las balaceras, los alardes de los capos, y lo que es, de facto, una asonada que reta frontalmente al Gobierno, todo va en escalada, lejos de haber sido contenido.

Entendemos que al Gobierno sheinbaumista le está llegando la lumbre a los aparejos, con eso de que al Secretario de Seguridad, consentido de la Presidenta, Omar Hamid García Harfuch, le han asesinado ya a cuatro personas cercanas a él: dos escoltas —y una mujer inocente en el atentado contra él a manos del CJNG en el 2020, luego la ejecución del que fue su mano derecha, Milton Morales, en el Edomex, y ahora un agente especial de Inteligencia de sus confianzas, en Culiacán, ciudad que arde y en la que se muestran los illuminati cuatroteros incapaces de apagar el fuego.

 Eso sí, reuniones del “Gabinete de Seguridad” no faltan, contadas las del pasado sexenio deben de ser más de 2 mil, suena a que son muchas, pero por más que se juntan y juntan falta algo, ¿y saben qué es? ¡Resultados!

Hasta la fecha tanto el Gobierno pasado como el actual les han hecho los mandados a las organizaciones terroristas que generan violencia en México, e inquietud en Estados Unidos, al grado de que los radicales del equipo trumpiano hablan incesantemente de la necesidad de intervenir militarmente en México para ponerles un alto a los cárteles que el Gobierno mexicano se muestra incapaz de poner. Terrible situación sería ésta, que aunque improbable resulta posible, dada la naturaleza impulsiva del futuro ocupante de la Casa Blanca.

Sí, trae broncas la Presidenta, broncas que le tocan al “Gabinete de Seguridad”, pero ¿y qué con el Gabinete de Economía? ¡¿No hay nadie ahí, o qué?! Alguien responsable que configure, ¡pero ya! un Pemexproa que reconozca los adeudos de Pemex y defina un plan para saldarlos.

Esto sería lo responsable, lo “humanitario”: todo lo demás resulta abono para las jardineras.

Opinión

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