— QVOD SIT CÆSARIS, CÆSARI. QVOD SIT DEI, DEO —
LO QUE SEA DEL CÉSAR, AL CÉSAR. LO QUE SEA DE DIOS, A DIOS
▼INFRA▼

Jesús Silva-Herzog escribió (REFORMA,  11/09/2023):

Candidata y caudillo

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L
A estrategia del remedo no solamente se monta en la popularidad del Presidente. Sirve también para ocultar una personalidad que no es electoralmente atractiva. Por lo que hemos visto, la campaña no es el elemento de Sheinbaum. Su método y su disciplina, prendas cruciales en la gestión gubernativa, bloquean cualquier brinco de espontaneidad. Los intentos de vinculación emotiva han sido un chasco. Se entiende la imitación: es preferible escucharla repetir las consignas del padre fundador que cantando con su pareja o esforzándose por parecer cercana.

Encuentro dos problemas en esta estrategia. El primero es que da por sentado que la base del lopezobradorismo seguirá siendo suficiente a mediados del 2024. Morena y sus aliados tienen simpatías y algunas han solidificado. Una franja considerable de los electores votará por Morena, pase lo que pase. Pero hay otra porción de electores que ha simpatizado con una oferta de cambio y que sigue respaldando a López Obrador, pero que, a estas alturas, está abierta a las alternativas. Las tragedias en salud y en seguridad tendrán un impacto electoral. Si el 2021 no repitió la historia del 18, podemos esperar que el 24 tenga, igualmente, aires distintos.

El segundo problema es que la emulación no es solamente coincidencia ideológica sino muestra de la debilidad de una política que no ejerció a plenitud sus competencias constitucionales en momentos críticos por no encarar al presidente de la República. Como lo mostró el New York Times en su momento, el gobierno de Claudia Sheinbaum ocultó información sobre la gravedad de la crisis de Covid en diciembre de 2020. Nos mintió, nos puso en riesgo, provocó muertes para no contrariar al Presidente. La científica estuvo dispuesta a ignorar la evidencia científica. Eso no fue emulación, fue complicidad. No hablo de asuntos de vieja historia sino de política actual. Sheinbaum no puede esperar a asumir el cargo para empezar a ponerle límites a un caudillo que insiste en definir la agenda legislativa del próximo gobierno y que reparte posiciones en el gabinete de su sucesor. Si Sheinbaum quiere ejercer la Presidencia y no solamente ocuparla, tendría que ser capaz de poner límites al caudillo en los asuntos capitales desde ahora. ⌘
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